Literatura infantil

Lo habitual es iniciarse en la lectura con libros infantiles. Supongo. Habrá por ahí algún genio que lo habrá hecho con otro tipo de lecturas. Pues bueno. De todo tiene que haber.

Recuerdo mis primeros cuentos. De Ferrándiz. Mi preferido Mariuca La castañera. Hasta recuerdo el olor. Y han pasado más de 50 años. Las narraciones de los hermanos Grimm, de Perrault, de Andersen, de Óscar Wilde, los clásicos cuentos de hadas, que ahora parece que no son políticamente correctos, la Cenicienta, Caperucita, Blanca Nieves. Seguro que quien afirma estas sandeces de pequeño no leía y por lo tanto no era feliz.

Me gustaban y me gustan.

Después descubrí a Enid Blyton, que parece que ahora tampoco está bien vista. Lo siento. Pero con ella empecé mi gran afición a la lectura. Nos descubría aventuras, la familia, las amistadas, hasta otras culturas.

Ya adulta me pilló Manolito Gafotas y Harry Potter, pero no iba a dejar de leerlos porque hiciera un tiempo que había pasado la niñez. Imposible.

Y tantos autores y obras infantiles deliciosas, divertidas, apasionantes. Ana la de Tejas Verdes, Momo, La historia interminable, Fray Perico, Flanagan, Christine Nöstlinger, Gloria Fuertes. Una lista infinita…

Es verdad, que en estos momentos, no estoy muy al día sobre cuáles son las novedades y las tendencias en cuanto a literatura infantil, pero prometo solucionar este fallo y actualizar mis lecturas infantiles y juveniles.

Aquí algunas reflexiones sobre literatura infantil. Tal vez no esté de acuerdo en todo lo que se afirma en estos estudios, pero son bastante interesantes y ayudan a comprender este mundo. Yo si considero que este tipo de obras son literatura.