Al principio de tener tanto espacio para los cultivos ornamentales, experimentábamos con lo que fuera. Así tuvimos una gran variedad de plantas, ponía cualquier semilla que cayera en mis manos, compradas o regaladas.
Algunas de verdad eran interesantes. Así tuvimos caléndulas (pero eran una atracción irresistible para los pulgones), boca de dragón (interesante), lupino (ya ni me acuerdo como era), bambú (terrible plaga), calabazas ornamentales (qué horror), paniculata (no estaba mal), begonias (qué atrevimiento, y encima al sol) y otro gran número de plantas que he olvidado el nombre, pero que conservo documento gráfico para recordarlas.