Desayunos, tomapán y meriendas

Los desayunos, el tomapán y las meriendas pueden compartir platos, dulces o salados, con café, té, zumos, cañas o lo que se presente, desayunar una caña me parece demasiado, pero a la hora del tomapán seguro que más de uno se la toma.

Así que esta sección comparte recetas.

Desayunos y tomapán

El desayuno no forma parte de la tradición gastronómica de este país, por lo menos en los últimos tiempos, un café con leche con unas galletas tostadas y a correr. A trabajar, a estudiar, a lo que sea.

Sí recuerdo los desayunos, o almuerzos, de los pueblos, las sopas, de leche, de torrezno, el pan con jamón, o lo que fuera, el tomapán, que se llamaba, término olvidado, me ha costado bastante recordarlo. Y me parece perfecto.

No se desayunaba al levantarse, sino que a media mañana, sobre las 10 o así, se paraba la actividad y era cuando se desayunaba de veras, o se almorzaba, pero ahora el almuerzo es la comida de mediodía. Un lío de horarios y términos para designar las distintos ágapes diarios.

Nos desviamos. El caso es que ahora nos dicen que se debe desayunar bien, que no vale un café y unas galletas, y que galletas nada, pan mejor. Nos marean. Y con los horarios de trabajo que tenemos en este país, que es España, pues todo más complicado aún.

Como esto es un blog, o lo que es lo mismo, mi diario de bitácora, contaré como nos organizamos nosotros.

A diario desayunamos sobre las 6 y media de la mañana, a ver quien es el guapo que se pone a cocinar a esas horas. Si voy al despacho, un zumo de naranja, eso si natural, que me prepara mi marido, y un poco de pan con lo que pillo. Si he tenido tiempo, preparo yo misma distintos tipos de panes, de leche, con semillas, de nueces, sino pues el pan de panadería.

Después en el despacho ya tomo un té y a media mañana, pan con tomate o un bocadillito de atún.

Los días que trabajo en casa, y que me ahorro el tiempo del trayecto, así como los festivos, me preparo un batido de frutas, que es mi plato favorito en el desayuno, con muesli y un té. A media mañana el pan con algo, puede ser jamón york, tomate, ensalada, queso, o lo que sea. A veces unos frutos secos.

En ocasiones especiales, si preparo desayunos más copiosos, con dulces, chocolate con churros, las tortitas con nata, bizcochos, un sándwich de jamón y queso, y ya como algo superespecial, huevos fritos, o a la plancha. Pero estos son desayunos esporádicos, no estamos para estos excesos, por muy apetecibles que sean.

Por cierto, no hace mucho he leído sobre una tradición valenciana el «esmorzaret», mi próxima visita a esa ciudad prometo acudir a un local donde sirvan uno especialmente bueno – Esmorzaret – El Comidista – El País

Meriendas

Creo que se ha perdido el concepto de merienda que teníamos de pequeños, el bocadillo (el bocata es posterior) de chorizo, el pan con chocolate; los días especiales, cumpleaños, y demás, eran las medias noches con fanta, el chocolate con churros.

Ahora son cenas o salir de vinos y tapas, y los niños, francamente no sé lo que meriendan.

En casa más bien merendamos no cenamos, nuestra cena suele ser entre siete y ocho de la tarde. Si comemos entre tres y cuatro, es la hora que toca, y no vamos a cenar a las once, entre otras cosas, porque ya estamos en la cama para poder levantarnos a las seis al día siguiente.

Sigo pensando, que hay manjares que son especiales para las meriendas, aunque por tomarlos en cualquier otra comida no pasa nada. Para mi, el bocadillo de chorizo sigue siendo insuperable. Lo bien que sabe a cualquier hora, o después de una caminata por el monte. Lo mismo que el bocadillo de tortilla, de filetes empanados con pimientos.

Esas risas compartidas en torno a una empanada o a una tortilla de patata troceada en cuadraditos. Pasarse la botella de agua, antes era la bota de vino, los tiempos cambian.

Incluso las meriendas en los bares y cafeterías, creo que antes eran más divertidas. El sánwich mixto con huevo, el vegetal con mahonesa que era como una montaña por la cantidad de ingredientes que llevaba. Ahora son más de diseño, pasamos el tiempo intentando averiguar que nos han puesto en la tapa, o cual es la cosecha de tal vino. Nos hemos vuelto pelín cursis, a veces demasiados petulantes.

Las meriendas también evocan vacaciones, campo, diversión, con la tortilla, el jamón. Me gustan las meriendas, reivindico la hora de la merienda.

Recetas para un desayuno, un tomapán, una merienda (o muchas):

Ver página – Cocina.

Autor: Chari Ruiz

Periodista, lectora y aprendiz de muchas cosas.

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