Uno de los momentos más emotivos en muchas de las fiestas patronales de las ciudades españolas es la ofrenda de flores a Virgen que se venera en ese lugar.
Así, en Burgos, en 1954, se inició la tradición de ofrendar flores a Santa María la Mayor, la patrona de la ciudad.
Los pioneros fueron los alicantinos en 1941 que llevaron sus flores a la Virgen de los Remedios, le seguiría Valencia en 1945 a la Virgen de los Desamparados, en tercer lugar por sorprendente que pueda parecer y antes que Zaragoza a su Virgen del Pilar en 1958, como ya hemos dicho Burgos, en 1954.
A mí es una de las celebraciones que más me gustan de las fiestas de San Pedro y San Pablo. Está presente toda la ciudad y todo tipo de colectivos, incluidos los invitados foráneos.
La plaza del Rey San Fernando está llena de luz, alegría y color.
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