Una de las joyas de la ciudad de Frías es el puente medieval sobre el río Ebro. Su origen puede ser la antigua calzada romana que pasaba por aquí y en la Edad Media, a partir del siglo XIII, se fue modificando aprovechando los soportes romanos, pero su aspecto actual y la construcción es totalmente medieval, románico.
En el siglo XIV se le añadió la torre defensiva cuyo paso se hacía previo pago.
El puente tiene 143 metros de longitud con nueve arcos y es uno de los principales pasos de la meseta hacia la costa norte.