La salsa mahonesa es un ingrediente esencial en nuestra cocina. Acompaña multitud de platos, como ensaladas, aperitivos, pescados cocidos o a la plancha, budines, hortalizas, carnes… La lista sería interminable. Es además la base para otras salsas como la tártara, cóctel, combinada con otros ingredientes, como ajo o queso azul queda también riquísima. Así que a animarse, tampoco es tan difícil prepararla en casa y siempre resultará mejor que la de bote.
¡Ah! y yo reivindico su origen español.
Ingredientes:
- Huevos.
- Aceite, yo utilizo aceite de oliva virgen extra, hay quien prefiere y defiende el de girasol para esta salsa, pero no hay color, el sabor final es incomparable con oliva.
- Limón, lo prefiero al vinagre, es mucho más fino y sano.
- Sal.
Preparación:
- Podemos hacer la mahonesa a mano, como la hacía mi madre, La cocina de Mari, hace un montón de años, pero es más laboriosa: ponemos una yema de huevo en un cuenco y vamos batiendo con una cuchara y agregando aceite poco a poco, con cuidado que no se corte, ligando bien los ingredientes. Cuando la salsa haya aumentado bastante agregamos, también con cuidado, la sal y un chorrito de zumo de limón, seguimos batiendo. Para terminar añadimos la clara de huevo batida a punto de nieve.
- Sinceramente, me gusta más la elaborada con batidora.
- En la batidora es más fácil de preparar, rápida y no se suele cortar: ponemos el huevo entero 250-300 ml de aceite, sal y un chorrito de limón y batimos bien en la velocidad rápida, sin levantar el brazo de la batidora desde el fondo del vaso, hasta que todos los ingredientes esté completamente mezclados, haya aumentado de volumen y esté consistente.
- Si queremos que nos quede más ligera podemos añadir al final, de poco en poco, unas cucharaditas de yogur.
Riquísima.
A disfrutar.