Ya tenemos finalizada la decoración navideña. No es moderna ni de diseño, pero es sostenible. Algunos adornos tienen 50 años, así que no tiramos nada y los aprovechamos año tras año. Hay alguna incorporación más reciente, unas estrellas de madera y cuerda, de esas tan modernas de diseña, pero sosas hasta el aburrimiento.
No sé porque a la gente no le gusta el espumillón, pues allá ellos. He rescatado una caja llena de mi padre con su árbol, que he colocado en mi despacho de casa y he colocado las guirnaldas por distintos lugares.
También hemos puesto el Belén, que lo mismo, cerca de 50 años tienen algunas figuritas.
Pero ha quedado la casa alegre y vistosa, aunque algunos no la encuentren elegante.
Las luces de la entrada están gustando mucho a todo el mundo.