El cochinillo asado no es un plato que tomemos habitualmente en casa en las fiestas, somos más de lechazo. Es verdad que cuando viajamos, o pasamos, por los lugares en los que esta comida es típica pues la pedimos.
Pero alguna vez me he atrevido a prepararlo. Hasta creo que he conseguido hacerlo medianamente bien, churruscado por fuera y tierno y sabroso por dentro.
Ingredientes:
- Un buen cochinillo, pequeñito, de por estas tierras castellanas, Ávila, Salamanca, Segovia.
- Aceite.
- Sal.
- Agua.
Preparación:
- Una vez que el cochinillo esté bien limpio podemos asar la cantidad que necesitemos y según el tamaño de nuestro horno. Yo he preparado medio partido en dos cuartos porque me quedaba mejor en la fuente.
- En el fondo ponemos un poco de agua y encima unos palos de laurel o un rejilla apropiada. Esta labor es para que no pegue la piel del cochinillo directamente con la fuente.
- Salamos la carne y la colocamos con la piel hacia abajo. Podemos añadir un chorrito de aceite.
- Metemos a horno suave. A mi me gusta hacer los asados a fuego lento.
- Cuando haya pasado una hora y media o dos horas, damos la vuelta con cuidado, regamos con un poco de aceite y subimos el fuego para que se churrusque la piel. Tapamos las pezuñitas y parte de la cabeza con papel de aluminio para que no se quemen.
- Cuando esté bien dorada, se saca y a comer.
- Riquísimo, se acompaña con una buena ensalada verde y tenemos la comida para un día festivo, o para cualquier día que queramos darnos un homenaje.
A disfrutar.
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