
Hace poco he vuelto a ver una versión actual de Rebeca, la mítica película de Hitchcock de 1940 basada en la novela de Daphne du Maurier. Por cierto, nada comparable, sigo prefiriendo la antigua, el único personaje igual de fantástico, o tal vez mejor, es la malvada señora Danvers, ahora interpretada por Kristin Scott Thomas. Además, estoy un poco cansada de la actriz protagonista Lily James, está en todas partes, y siempre con la misma expresión, entre harta y desdeñosa.
En fin, que divago, recuerdo que hace años leí una secuela de Rebeca, La señora De Winter, escrita por la autora británica Susan Hill. La historia comienza 12 años después del incendio que acabó con Manderley, la mansión de los De Winter, ahora vuelven a Inglaterra a intentar reanudar su vida. Pero encuentran demasiados problemas y demasiados miedos.
Pues no me gustó mucho el libro. Lo encontré demasiado sombrío y pesimista como si Rebeca todavía guiara las vidas de Maxim De Winter y su esposa, de la que nunca llegamos a conocer su nombre.
Hill, Susan, La señora De Winter, traducción de M. Serra, Barcelona, Círculo de Lectores, 1994, 335 páginas.