El pisto es un plato muy versátil. Además, está presente, con variaciones, en casi todas las cocinas mediterráneas. En este país, lo mismo, cada uno tiene su versión, como la paella, el cocido o la tortilla de patata.
Incluso en una casa, depende quien lo prepare se hace de una forma u otra. A mi madre le gustaba mucho, La cocina de Mari, y lo preparaba partiendo las hortalizas en lonchas finitas y a fuego muy lento.
A mi no me hace mucha gracia, por el calabacín, aunque le voy cogiendo el gusto y de vez en cuando lo preparo. Es un plato que sirve como entrante en una comida o como acompañamiento de pescados y huevos, también de carne a la plancha. Así, que no hay excusa para prepararlo de vez en cuando.
Esta es mi receta.
Ingredientes:
- Calabacín.
- Cebolla o mejor cebolleta.
- Pimiento rojo, si se quiere, también verde.
- Tomates.
- Ajo.
- Perejil.
- Aceite.
- Sal.
- Pimentón.
Preparación:
- Lavamos bien todas las hortalizas y las troceamos, como más nos guste. Yo las prefiero en cuadrados, medianos, ni muy pequeños ni muy grandes.
- Ponemos un chorro de aceite en una cazuela baja o en una sartén y agregamos la cebolla, los pimientos y el ajo, partidos.
- Cuando estén un poco blanditos, añadimos el calabacín. Que se rehogue bien.
- Después los tomates rallados. Lo prefiero a salsa de tomate como dicen algunos.
- Agregamos perejil picado, sal y pimentón. Tapamos la cazuela y dejamos que se vaya haciendo todo junto hasta que las hortalizas estén hechas, como nos gusten, o un poco crujientes o melosasa.
- Riquísimas.
A disfrutar.
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